Se cumple dos años de la quiebra de la democracia y la seguridad en Myanmar, dos años de terror, violencia y persecución del pueblo que ha generado una crisis migratoria forzada vinculada al miedo y a la pobreza que supera 1,200,000 personas huidas, y que supone diariamente la muerte, el encarcelamiento, la tortura y el sometimiento de tantas personas que pacíficamente piden el regreso a la senda de la paz, las libertades y el estado de derecho.
En este aniversario terrible la Red de Migrantes y Refugiados de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de Asia Pacífico (JCAP), nuestra red hermana en el GIAN de Migraciones, muestra su solidaridad con el sufrimiento del pueblo de Myanmar y hace un llamamiento público en el que pide:
En primer lugar, los dirigentes y líderes de la ASEAN y otros líderes mundiales deben emprender todas las intervenciones diplomáticas disponibles para poner fin a la violencia y restaurar la democracia.
En segundo lugar, pedimos al Tatmadaw que ponga fin inmediatamente al acoso, los abusos y la violencia y exige la liberación de los presos políticos y la apertura de un diálogo significativo basado en la justicia y la compasión.
En tercer lugar, hacemos un llamamiento a las personas y comunidades de todo el mundo para que sigan expresando y mostrando su preocupación por Myanmar de la manera que puedan. Pedimos el paso libre, inmediato y seguro de la ayuda humanitaria a quienes la necesitan desesperadamente en Myanmar.
La Red Jesuita con Migrantes de la CPAL se suma al Comunicado público, y junto a nuestros hermanos y hermanas les decimos que no nos olvidamos de Myanmar y que estamos con ellos.

@AFP PHOTO
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