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#MigrarHaciaLoExtraordinario. Revista Aurora dedica su nueva publicación a la Migración Forzada.

La CPAL acaba de publicar el #7 de la revista Aurora. Con el título de Migrando hacia lo extraordinario, la publicación recoge la experiencia, la palabra y las miradas sobre Migración Forzada y Covid desde distintas perspectivas y territorios. La mayor parte de los artículos reflejan muestras del apostolado en migración forzada que se articula en la Red Jesuita con Migrantes. Queremos agradecer los aportes de todas y todos.


Reproducimos aquí el texto de la presentación del número 7 de Aurora escrito por Rafa Moreno SJ, coordinador de la región CANA de la RJM. No dejen de leer y de difundir este número de la revista Aurora.


Para descargar AURORA#7 haz click aquí

PRESENTACIÓN DE AURORA #7: MIGRANDO HACIA LO EXTRAORDINARIO

Por Rafael Moreno s.j., COORDINADOR DE LA RJM CANA

Uno de los sectores más vulnerables y vulnerados por la pandemia es, sin duda, la población migrante necesitada de protección internacional. Los principales efectos negativos que está teniendo que soportar esta población, por causa del coronavirus y del aceleramiento y profundización de las diversas crisis que ha desatado, pueden ser los siguientes:


i) la inclusión de un nuevo riesgo al hecho de emigrar: el de ser contagiada durante el tránsito, en los albergues o campamentos donde se hospeda, en los centros de detención donde la encarcelan y en el proceso de deportación a la que la someten;

ii) la reducción al mínimo de la posibilidad de movilizarse, por haber sido cerradas la mayoría de las fronteras en América Latina y, en algunos países, suspendido el transporte interurbano;

iii) la dificultad de quedar atorada en su recorrido, en un limbo jurídico, sin tener recursos para sobrevivir ni apoyos gubernamentales que la subsidien;

iv) la disminución de la posibilidad de encontrar trabajo en el país de tránsito y destino o el incremento de despidos para quienes ya tenían empleo;

v) la creciente probabilidad de ser “desechada” en caso de desempeñar labores esenciales con alto riesgo de contagio, por no contar con la protección adecuada ni la atención sanitaria requerida;

vi) la reducción de su capacidad de enviar remesas a sus familiares, a pesar de que este apoyo es un componente esencial para su sobrevivencia;

y vii) el endurecimiento de las políticas migratorias de la mayoría de los gobiernos de la región, cada vez más reticentes a admitir inmigrantes o a reconocerles su derecho de refugio, y cada vez más violentos en la forma de rechazarlos.


A todos estos efectos se añade el creciente desafío de que, previsiblemente, en la gran mayoría de los países de la región y en los años porvenir, millares de personas sientan cada vez más la necesidad de emigrar para sobrevivir, experimenten mayor dificultad para hacerlo y menores probabilidades de lograrlo, por existir más factores para impedirlo.


Pero no todo es negativo; la pandemia está abriendo oportunidades en favor de las personas migrantes en cuanto que ha incrementado, en un sector de las comunidades de tránsito y destino, la conciencia de que los seres humanos somos interdependientes, tenemos un destino común y compartimos una misma casa que requiere de cuidado conjunto. Se está desarrollando una actitud de mayor hospitalidad y solidaridad con los migrantes y un creciente reconocimiento del aporte que están dando o pueden dar.


De ahí que el mismo creciente desafío, mencionado anteriormente, se puede convertir en una oportunidad para que tanto las personas migrantes como quienes las acompañamos seamos más creativas en la búsqueda, teórica y sobre todo práctica, de nuevas alternativas a la categoría jurídica del “refugio”, cada vez menos aplicada en nuestra región y que, en el mejor de los casos, ya es insuficiente ante la demanda presente y futura.


Todo lo anterior fundamenta porqué el número 7 de la Revista AURORA dedica sus páginas a reflexionar sobre las poblaciones forzadas a “Migrar hacia lo extraordinario”. AURORA quiere así contribuir para que nos sensibilicemos ante la grave situación de millares de personas obligadas a emigrar, para que desarrollemos actitudes y prácticas políticas solidarias y para motivarnos -también a los lectores- a emigrar personal y colectivamente hacia lo extraordinario: “a superar el egoísmo y abrirnos a la otredad contribuyendo en la construcción de un mundo justo e incluyente”.


Los artículos que componen este número tienen tres enfoques complementarios: los que nos ayudan a comprender la realidad del contexto migratorio en Venezuela, Colombia, Ecuador, Nicaragua, Costa Rica, Chile y México; los que nos invitan a “salir de nuestro propio amor, querer e interés” para emigrar hacia lo extraordinario; y los que nos facilitan este éxodo al reflexionar sobre la pandemia desde diferentes perspectivas: antropológica y religiosa, natural y social, y multidimensional.


El hilo conductor de todas ellas está explicitado en los tres pasos y la invitación propuestos por Javier Cortegoso al principio de su reflexión. El resultado esperado es que emprendamos nuestro propio éxodo asumiendo el modo de proceder que tiene la mayoría de las personas migrantes que acompañamos: salen apoyadas en lo mejor de sí mismas, se dirigen hacia una meta plena de esperanza, avanzan con la convicción de estar acompañadas, y protegidas por El Buen Pastor que cuida de sus ovejas.

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