Más de 300 organizaciones de la Sociedad Civil en la región hemos dirigido, en el marco de la Campaña #WelcomeWithDignity una carta al Presidente Biden y la Vicepresidenta Harris en torno a la necesidad de poner fin a la política de aplicación del Título 42.
Durante cerca de dos años, el gobierno de Estados Unidos ha bloqueado y expulsado sin contemplaciones a personas que buscaban protección en la frontera sur sin permitirles solicitar asilo, como exige la legislación estadounidense e internacional. Este práctica, amparada en órdenes del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, comenzó desde el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en la administración Trump, pero la administración Biden-Harris, ha seguido, renovado y ampliado esta práctica y se han realizado expulsiones a países de Centro América, Caribe y Sudamérica.
En la carta solicitamos al Gobierno de EE.UU. que cese esta política de muerte, que no sólo niega el acceso a un proceso debido de solicitud del asilo, sino que expone a las personas potencialmente refugiadas al riesgo cierto del que están huyendo y a los riesgos propios de cualquier flujo migratorio forzado.
Se han informado de más de 8,700 eventos de secuestros, violaciones, tráfico, tortura y otros a personas expulsadas, bajo el título 42, a México; se han producido miles de deportaciones a los países de los que precisamente se había emprendido la huida, como por ejemplo a Haití; miles de niños y niñas se han quedado solos intentando el cruce por la expulsión de sus familiares; se ha violentado sistemáticamente el debido proceso superando el promedio de violaciones del mismo en la época de Trump; etc.
Lejos de tener una preocupación o interés por la Salud Pública, el Título 42 responde a otros intereses y señala y bloquea a las personas que requieren protección internacional, con una excepcionalidad que ya no se está aplicando a otras personas con destino a EEUU. Además, la eficacia de esta medida, desde una perspectiva de salud, ha sido desestimada por ineficaz por numerosos expertos.
No es la salud, sino la vida de cientos de miles de personas solicitantes de asilo la que está en juego. Se está llevando, una vez más, a que las personas asuman riesgos mayores por cruces no formales.
En definitiva, la política del título 42 es nociva, viola la legislación nacional que llama a la protección de las personas refugiadas y los tratados y el derecho internacional. Pedimos a la administración de EE.UU. que no sea cómplice de abusos de los derechos humanos. Está en sus manos, es posible y reflejaría una coherencia con los discursos positivos que sobre el derecho de asilo hemos escuchado de esta administración. Le animamos de pasar de las palabras a los hechos positivos en favor de los derechos humanos en general y del derecho de asilo en particular.
¡Acoja de acuerdo a lo que merece la dignidad de las personas!
Conoce y difunde la carta enviada a Biden-Harris, aquí.