Buscamos develar la trama detrás del éxodo, es decir señalar las causas que expulsan a las personas para entender que son estructurales y sistémicas, y que forman parte esencial de la normalidad que habitábamos antes de la pandemia y que siguen vigentes con más fuerza en la actualidad.
Son miles las personas que cada día emprenden viaje, no se mueven en un ejercicio del derecho a migrar como una opción de libertad, sino que lo hacen, literalmente, para salvar la vida.
Mucho más allá del virus, la desigualdad ha sido un factor determinante en cómo la pandemia nos afecta y en cómo se proyectan las consecuencias de esta crisis multidimensional. Claro que el coronavirus nos ha puesto en un desafío compartido como humanidad, el de la fragilidad, pero esta crisis global nos sitúa en espacios muy distintos según cuál fuese el escalón de desigualdad en el que habitábamos antes de la llegada de la enfermedad. Las personas migrantes, desplazadas y refugiadas, recibieron la crisis sanitaria en una posición generalizada de desventaja.